Conchita Piquer :La chiquita piconera – JULIO ROMERO DE TORRES Y LA FIGURA FEMENINA

Mi chiquita piconera

El pintor la respetaba
lo mismo que algo sagrao
y su pasión le ocultaba
porque era un hombre casao.
Ella lo camelaba con alma y vía
hechisá por la magia de su paleta
y él igual que una llama se consumía
en aquella locura negra y secreta.

ESTRIBILLO

Y cuando de noche Córdoba dormía…
y era como un llanto la fuente del Potro,
una voz decía:
¡Ay, chiquita piconera,
mi piconera chiquita!
Esta carita de cera
a mí el sentío me quita.
Te voy pintando, pintando
ar laíto der brasero
y a la vez me voy quemando
de lo mucho que te quiero.
¡Várgame San Rafael,
tener el agua tan cerca
y no poderla bebé!

II

Ella rompió aquel cariño
y le dio un cambio a su vía,
y el pintor iguá que un niño
lloró al mirarla perdía.
Y cambió hasta la línea de su pintura,
y por calles y plazas lo vió la gente
deshojando la rosa de su amargura
como si en este mundo fuera un ausente.

ESTRIBILLO

Y cuando de noche Córdoba dormía…
y era como un llanto la fuente del Potro,
el pintor gemía:
¡Ay, chiquita piconera,
mi piconera chiquita!
Toa mi vía yo la diera
por contemplar tu carita.
Mira tú si yo te quiero
que sigo y sigo esperando
ar laíto der brasero
para seguirte pintando.
¡Várgame la Soleá,
haber querío orvidarte
y no poderte orviá!

La triste storia d’amore del pittore Julio Romero de Torres e la sua  famoso modella

JULIO ROMERO DE TORRES Y LA FIGURA FEMENINA

Posted by Teo Revilla Bravo Apr 27th

Julio Romero de Torres.

Fuensanta.

JULIO ROMERO DE TORRES Y LA FIGURA FEMENINA

Desde bien pequeño vivió, Julio Romero de Torres, entusiasta y decidido el aprendizaje del dibujo y de la pintura al patrocinio y enseñanzas de su padre Rafael Romero Barros, pintor de tintes románticos, director a su vez del Museo de Bellas Artes de Córdoba. En consecuencia podríamos decir, que la influencia de la pintura y del arte en Julio Romero, estuvo albergada en su cerebro desde que nació, siendo asumida con todo el artístico potencial de joven talento que en él para bien obraba. Pronto comenzó a destacar y en consecuencia a recibir aplausos y premios que lo convirtieron en el gran referente que como pintor llegó a ser con el paso de los años. Si nos detenemos en  las primeras obras, vemos que éstas ya contienen los elementos estéticos que van a caracterizar y configurar su producción futura: el profundo simbolismo y sus demostraciones alegóricas, la tenue luz proporcionada a las figuras, la supresión de la dureza del contraste, el artificio poético de los escenarios donde sitúa esos magnánimos retratos, la miniaturización de los fondosidealizados, la morbidez de los cuerpos femeninos, así como las hábiles veladuras y la ondulación de los pliegues en los ropajes, etc., conforman el amplio abanico de su obra. El tránsito estilístico por el modernismo, el prerrafaelismo y el simbolismo al que aludíamos, marcarán las formas y los temas de sus penetrantes, interesantes y luminosas composiciones. Julio Romero de Torres poseía una extraordinaria afinación técnica, y una aptitud minuciosa e idónea para dejarnos hermosos retratos femeninos fáciles de ubicar en la tradición ibérica más genuina. La colección de personajes presenta mujeres tanto de procedencia burguesa, como de estratos más populares, convirtiendo a todas ellas en el símbolo de toda una época. Fueron mujeres imbuidas de gran inquietud y también de profunda melancolía, incrustadas en admirables paisajes alegóricos que conforman un universo mujeril imbricado, preferentemente, en el ámbito andaluz que tan bien conocía el pintor. Otra particularidad de estas obras sobre la mujer, es que reflejan, preferentemente, un contenido que va desde lo hierático o sagrado, a lo profano y sensual, característica que los “entendidos” en su obra dividen en cuatro secciones: “Luminismo y realismo social”, Retratos y símbolos”, Poemas y alegorías”, y “Erotismo y sensualidad”.

Venus de la Poesía. Julio Romero de Torres

Venus de la poesía.

La chiquita piconera

Otra característica de gran pintor, es que vivió su arte arropado por poetas y pensadores de la época, siendo muy buen amigo de grandes literatos como José María del Valle Inclán por ejemplo. Su obra se asocia también, por éste y otros motivos, a la literatura, a la muerte, al flamenco, al amor… Teniendo siempre como constante preferente, motivo de inspiración, fondo y objetivo, la figura femenina. Esa mujer racial, con sus componentes de amor, celos, pena, muerte, pasión, fue la protagonista primordial en aspectos como el sensual, lo trágico, las expresiones ambiguas, etc., desde donde Julio intentaba –y conseguía- dar forma plástica a esa dualidad entre lo carnal y lo religioso de la vida y costumbres de su tiempo.

Este gran maestro del simbolismo andaluz, representa como pocos la genialidad del arte de fin de siglo diecinueve y comienzos del veinte. En su última etapa se fue alejando un tanto de la luminosidad que le caracterizaba en sus retratos, ensombreciendo su paleta en obras de clara denuncia social. Con todo ello logró y legó un estilo, intransferible, propio que le caracteriza. Hoy, para bien del arte, lo tenemos, recordamos y gozamos, entre los grandes de la pintura ibérica.

Ángeles

Carmen de Córdoba

Barcelona.-abril.-2014.

©Teo Revilla Bravo.

http://orbitaliteraria.spruz.com/pt/JULIO-ROMERO-DE-TORRES-Y-LA-FIGURA-FEMENINA–4.27.2014/group/sintiendolaobraartstica/discussion.htm

 

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