Camillo Berneri, intelectual anarquista

 

Hemos dicho en otra parte que “Siendo tantas e importantes las personalidades del panorama internacional atraídas por la guerra civil española, pocas se pueden parangonar en grandeza moral e intelectual al italiano Camillo Berneri (1897-1937), y en especial si pensamos que se cuenta entre aquéllos que dieron su vida junto al pueblo de España (1)”.

Sin embargo, para muchos españoles es necesario empezar por contestar a la pregunta ¿quién era Camilo Berneri? Siendo un personaje de la talla de sus compatriotas Antonio Gramsci, Palmiro Togliatti, Carlo y Nello Rosselli, Gaetano Salvemini, Piero Gobetti, Pietro Neni, Randolfo Pacciardi, con los cuales compartió un lugar destacado en la lucha antifascista contra el dictador Benito Mussolini, y habiendo – como varios de los citados – participado en la guerra civil española de 1936-1939, no es tan conocido en España como algunos de los nombrados, posiblemente por actuar en un movimiento minoritario como es el libertario.

Fue sin embargo – dentro de la cultura italiana – un dilectísimo discípulo de Salvemmi, un contemporáneo y polemista intelectual de estima de Gramsci, Togliatti, los Rosselli y Gobetti, y actuó en el bando republicano español junto a Pietro Neni, Randolfo Pacciardi, los Rosselli y Togliatti, entonces “Ercoli”, en su calidad de Secretario de la Internacional Comunista y secretario general del Partido Comunista Italiano.

No se ha hecho como corresponde la historia del aporte de los italianos antifascistas a la causa de la España popular durante la guerra civil, pero de lo que no cabe duda es de que aquellos tiempos fueron decisivos para forjar el núcleo que reconstruirá Italia, y que en esa corriente la presencia de Camillo Berneri es muy importante.

Camillo Berneri, intelectual anarquista

Berneri, que se había iniciado en las ideas sociales al ingresar en el partido socialista italiano en 1912, que había iniciado su labor como publicista cuando apenas tenia 17 años, y que llevado por la remoción provocada por la Primera Guerra Mundial, había adoptado el campo de los contrarios a la Intervención de Italia en el conflicto, y más tarde se había adherido a la causa de la Revolución Rusa de 1917, terminará por incorporarse al movimiento libertario.

Su discipulado anarquista con Errico Malatesta y Luigi Fabbri, es simultáneo a sus estudios universitarios en la Universidad de Florencia, donde se doctora bajo la dirección del gran historiador y destacado hombre público Gaetano Salvemini. Será acompañándole que asimismo se inicia en la lucha clandestina antifascista, para resistir el ascendente imperio mussoliniano desde 1922.

Esa doble vertiente es bien característica de su personalidad, en que llevado por su actitud moral y política participa de la vida pública como revolucionario y antifascista, pero al tiempo nunca deja de ser un universitario, un intelectual humanista. Es exacto que en Camillo Berneri se podría ejemplificar el caso del intelectual revolucionario, del militante de cepa universitaria, del hombre comprometido, fiel al tiempo al nivel superior de cultura de su formación vital.

Sus numerosos libros, folletos y artículos (que podrían sobradamente albergarse en unos 15 ó 20 volúmenes), tratan temas de política inmediata, (y hasta de táctica y estrategia revolucionaria), pero más a menudo versan sobre la historia de las ideas, sobre la sociología del trabajo, sobre sociología religiosa, e incluso sobre psicoanálisis, sexualidad, antropología cultural, etc. etc. Exiliado desde 1926 vivirá en Francia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo una existencia azarosa en que las persecuciones mussolinianas le llevarán a las cárceles, y a los estrados judiciales, suscitando campañas solidarias en toda Europa, incluyendo España. También será éste un tiempo de miseria, en que el proscrito se desempeñará a menudo como obrero manual, a pesar de sus diplomas y méritos intelectuales.

Camillo Berneri y España

Durante esa etapa que va de 1926 a 1936 Camillo Berneri se interesa por el tema español, y a la vez comienza a ser conocido en España a través de la prensa libertaria. En la “Revista Blanca” de Barcelona de los Urales encontramos repetidas muestras de su colaboración abordando temas como la cuestión agraria, la relación entre el trabajo manual y el intelectual, etc., pero ante todo denunciando en forma argumentada el horror del fascismo italiano. También en la misma revista barcelonesa – y un poco en toda la prensa afín – se hace campaña para defender su derecho a la vida y la libertad, cuando es puesto en prisión y juzgado por “conspiración contra un gobierno extranjero”, como entonces se decía.

Simultáneamente, Carrillo Berneri edita, primero en París y después en Bruselas, el periódico Guerra di Classe, órgano de la Unión Sindical Italiana, central anarcosindicalista afiliada a la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) y por lo tanto equivalente de la española Confederación Nacional del Trabajo (CNT).

En ese período, a su vez, Berneri y sus camaradas, hacen campaña a favor del grupo anarquista de “Los solidarios” entonces enjuiciado en Paris, y dan a conocer a los trabajadores italianos expatriados los problemas que afronta España al final de la dictadura de Primo de Rivera y en los primeros tiempos de la Segunda República. De más está consignar la gran simpatía y solidaridad que los revolucionarios italianos antifascistas sentían por la causa popular española, y las grandes esperanzas que se hacían sobre su triunfo, que podría ser decisivo en la batalla mundial que se libraba en el mundo contra el fascismo internacional. Cuando se producen las históricas jornadas electorales de 1936 en que se disputaran el gobierno de la República las coaliciones rivales de la izquierda y la derecha. Agrupadas respectivamente en el Frente Popular y la CEDA. Estos problemas fueron considerados casi como propios por millones de europeos y en particular por los militantes y publicistas políticamente comprometidos. Como es notorio, dentro del movimiento libertario español se vivió en el periodo electoral de 1936 una coyuntura muy particular, por cuanto la corriente proletaria se inclinaba a participar a favor de los candidatos del Frente Popular, que incluían en su programa la liberación de los miles de presos políticos detenidos con ocasión de los sucesos de octubre de 1934. Personalidades como Diego Abad de Santillán, los Ascaso y muchos otros eran partidarios de que la CNT no hiciera propaganda abstencionista – como la que se había hecho en 1933 – y en los hechos favorecían la participación en las elecciones a favor de los candidatos de la izquierda.

Naturalmente, en el seno del cenetismo no faltaban quienes como Eusebio Carbó, Liberto Callejas, José Peirats, mantenían la posición clásica y ortodoxa hostil a cualquier intervención en el plano electoral, y la polémica se manifestó en la preparación del histórico congreso extraordinario de Zaragoza. En efecto, en mayo de 1936, es decir pocos días después de cumplida la etapa electoral, que va desde el 9 de febrero al 3 de mayo, se reunirán en la capital aragonesa los representantes de los sindicatos cenetistas y “treintistas” para proceder a su reunificación, y la tónica es respaldar las definiciones del “comunismo libertario”. Esa polémica se extiende al exterior por obvias razones, e inicia en cierta medida toda una época de tensiones ideológicas en el seno del movimiento anarquista, que ve desafiados sus principios tradicionales en materia de Estado, Gobierno, poder y métodos políticos representativos.

Primera polémica entre Berneri y Montseny

Berneri se siente obligado asimismo a participar, como lo hacen por lo demás muchos de los principales ideólogos del anarquismo internacional, entre los que destacan por ejemplo los franceses Sebastián Faure, el Dr. Pierrot, Paul Reclus, Gaston Leval. Le contestan en España autores como Isaac Puente, Amparo Poch, Eusebio Carbó y Federica Montseny, y el episodio es ante todo interesante porque precede en pocas semanas la instancia de julio de 1936 y el ingreso de los anarquistas en puestos ministeriales de Madrid y Barcelona. Las opiniones de Camillo Berneri fueron expuestas en el periódico anarquista italiano de New York “L’Adunata dei Refrattari”, y en español se difundieron desde Barcelona en una encuesta que promovió sobre el tema la publicación dirigida por Eusebio Carbó, Más lejos.

Creo – dice Berneri – que se puede poner en duda la utilidad de la propaganda abstencionista en periodo electoral. Yo me abstuve siempre de hacerla. Pero la mayoría de los anarquistas italianos escogió siempre el periodo electoral para su propaganda abstencionista. Sin embargo, en el curso de las elecciones políticas de 1921, abandonaron la habitual campaña abstencionista debido a que los fascistas y las fuerzas policíacas amenazaban y violentaban a los electores y a los candidatos de izquierda (2) “.

Entrando al caso español de 1936, sobre el que advierte “Yo no puedo, ya que faltan muchos elementos de juicio para ello, juzgar al movimiento español, pero estimo de utilidad comunicaros mis impresiones”, su opinión es la siguiente:

Según he podido comprender, ante las pasadas elecciones, teniendo en cuenta la excepcionalidad de la situación, surgió una corriente favorable a moderar la propaganda abstencionista. Esa corriente se habría pronunciado en el sentido de dejar libres a los trabajadores de la CNT para intervenir o no en las elecciones. Si es así como se produjeron las cosas, estimo que aquella corriente ha demostrado una notable inteligencia política, a condición de que no crea que el triunfo electoral del bloque de izquierdas constituye por sí mismo un paso hacia la revolución social, en vez de significar, como significa, apartarse de un “inmediato” peligro fascista.”

La Revue Anarchiste de París, en febrero, poco antes de las elecciones, dirigía un mensaje a la FAI y a la CNT aconsejándoles “la astucia” y “los medios legales”. Yo no habría llegado a tales extremos. Si me hubiese encontrado en España, habría aconsejado a la FAI una actitud rigurosamente abstencionista apoyando la corriente favorable a dejar libertad de acción a los adherentes a la CNT. ”

De ahí pasa a plantearse el problema teórico del ejercicio del poder, destacando que Los anarquistas son anarquistas precisamente porque niegan el poder político, y, si hay escrúpulos que vencer son aquéllos que se derivan de la infiltración individualista o de las infiltraciones autoritarias que se han operado en nuestra ideología merced a la propaganda de algunos pseudo-anarquistas.

Concluye de una manera casi profética afirmando que “Más que discutir, en abstracto, el problema de la intervención de los anarquistas en los consejos obreros y campesinos y en las Comunas federadas, considero necesario un examen serio de las experiencias que ofrecen las revoluciones europeas – particularmente la rusa y la húngara -, el planteamiento sistemático de los problemas particulares de la revolución española y una elaboración realista de aquellos elementos que constituyen, en líneas generales, el programa comunista libertario español, programa que debiera ser comprensible incluso para aquellos españoles no influidos por nuestras propagandas. “El movimiento anarquista ibérico – concluye – tiene tanto más el deber de elaborar un programa viable en el marco económico-social de la “próxima” revolución española cuanto que puede ser llamado a desempeñar el papel de vanguardia de vastas corrientes populares y de una potente organización sindical como la CNT.”

Esto aparece en abril de 1936, y efectivamente tres meses más tarde se cumple la augurada “próxima” revolución española… donde el problema revolucionario por excelencia en el seno de la corriente libertaria española no estaba claro ni siquiera al nivel de sus máximos dirigentes.

Federica Montseny, en esta ocasión, apeló a la ortodoxia y a la fidelidad, a los principios y en cierta medida adelantó las conclusiones del Congreso de Zaragoza.

Berneri en España

El día 29 de julio de 1936, apenas han transcurrido once días del estallido del movimiento militar, cuando Camillo Berneri y un puñado de anarquistas italianos residentes en Francia llegan a España para defender la causa popular en todos los planos.

Estos voluntarios italianos, animados de un verdadero espíritu garibaldino, formarán la primera unidad combatiente de extranjeros con que cuenta la República. Su bautismo de fuego lo tendrán en el combate de Monte Pelado en las afueras de Huesca, el día 28 de agosto de 1936, donde nuestro personaje, que no es justamente un hombre de condiciones militares, tiene un comportamiento no menos heroico que otros voluntarios italianos, entre los cuales los hay, tan famosos como Randolfo Pacciardi (del partido republicano) y los hermanos Rosselli (del grupo socialista “Giustizia e Liberta”).

Será Berneri el primer comisario que tenga la columna italiana, que se incorpora a la Columna Ascaso del frente de Aragón, formada por el Comité de Milicias de Barcelona, en que la participación confederal es decisiva.

Pero pronto Berneri, ahora en Barcelona, pasa a convertirse en el personaje intelectual principal de las fuerzas italianas de voluntarios favorables a la República. Edita desde octubre su periódico “Guerra di classe”, toma a su cargo las emisiones en italiano que difunde la radio de la CNT desde su local central de Vía Layetana, y es consejero principalísimo de la Asociación Internacional de Trabajadores sobre el tema español. Sus textos en castellano aparecen en “Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera, Estudios, Nosotros”, todas ellas publicaciones editadas en la zona republicana, aparte de numerosos periódicos de EE UU , América latina y Europa Occidental.

Leídos correlativamente, estos escritos nos permiten verle tomando conciencia de la problemática española en profundidad, y gradualmente haciéndose más crítico de las soluciones políticas adoptadas por el ejecutivo de la CNT- FAI.

La segunda polémica con Montseny

Ahora se pueden analizar y estudiar mejor esos textos, pero desde su misma aparición se dio una gran importancia al editorial de “Guerra di Classe” del día 14 de abril de 1937 titulado “Carta abierta a la compañera Federica Montseny”, que en cierto sentido inicia por segunda vez una polémica entre ambos, a la que por entonces no contesta la Ministro de la República.

Las tesis criticas de Berneri no solamente frente a Federica Montseny, sino frente al secretario de la CNT Horacio M. Prieto que había llevado adelante el colaboracionismo gubernamental y la disolución del Comité de Milicias de Cataluña, eran en forma resumida las siguientes :

1. La guerra civil española no es una guerra civil nacional, “sino una guerra civil internacional, y por tanto son decisivos los factores exteriores y la política internacional” (3)

2. “La guerra civil española es un caso de guerra de clases y, en este contexto, del mismo modo que la burguesía clerical -militar-fascista está representada en Burgos, dentro de la España republicana hay que distinguir entre la lucha del proletariado (que encabezan la CNT-FAI y la élite revolucionaria del PSOE y del POUM) y la pequeña burguesía contrarrevolucionaria. Aunque antifascista. Agrupada en la social-democracia, el PC y los partidos republicanos y regionalistas.

3. Por consiguiente, y para asegurar la victoria, es necesario colectivizar la grande y mediana industria, pero respetando la pequeña propiedad privada, asegurando así la alianza con los antifascistas sinceros.

4. No se puede separar la causa de la guerra antifascista de la revolución social. La única alternativa es ésta: victoria contra Franco por medio de la guerra revolucionaria o la derrota, son sus palabras. Hay que recobrar el espíritu del 18 de julio, de participación popular en defensa de las conquistas sociales revolucionarias.

5. Como consecuencia es contrario a la participación confederal en el gobierno, aunque admite un Comité Nacional de Defensa y el apoyo al Estado. Reclama que la guerra sea llevada en forma revolucionaria, y hasta que los comités de la CNT corrijan su bolchevización y paternalismo, consultando a las masas como corresponde.

Termina sugiriendo a Federica Montseny que abandone el gobierno, y use sus capacidades de oradora en los frentes y en la retaguardia, llevando la palabra de la CNT al pueblo.

Los sucesos de Mayo

Como es sabido, las opiniones de Camillo Berneri no fueron tenidas en cuenta. y el movimiento confederal, junto con el POUM y la dirección largocaballerista del PSOE se vio empujada al callejón sin salida de los sucesos de mayo de 1937, de los que en definitiva resultará la caída del gobierno con los cuatro ministros anarquistas.

Hoy ya es posible reconstruir la posición de Berneri ante los sucesos de mayo. No fue partidario del enfrentamiento, y hasta preparó un proyecto de manifiesto de concordia revolucionaria. Aún iniciada la lucha no dejó de leer su texto de homenaje a la memoria de Antonio Gramsci, que había muerto el 27 de abril. Lleva a cabo una argumentada defensa del POUM, y ante todo no participa en las luchas callejeras. Sin embargo, en mayo encontrará la muerte asesinado por una patrulla en forma premeditada, y sin que hasta la fecha se sepa exactamente quién ordenó su ejecución (4).

Convertido en una suerte de mártir del anarquismo, el hecho provocó un renovado interés en sus escritos, leyendo los cuales se han querido encontrar diversas explicaciones sobre su misterioso asesinato.

A partir de la liberación de Francia en 1945, y por la misma época en Italia, se reeditan sus trabajos, ahora en francés, italiano y español, que alcanzan pronto numerosas publicaciones. Dentro de la España franquista es un autor difundido por los movimientos “subversivos” que procuran reconstruir el anarquismo de 1936. Una de las últimas ediciones de “Entre la guerra y las trincheras” (textos de “Guerra di classe”) estará a cargo del MIL de Puig Antich, ejecutado en las postrimerías del franquismo en Barcelona.

Por entonces ya pertenece más a la leyenda que a la historia, pero se está a tiempo para recobrarlo en todas sus dimensiones como militante político, como escritor revolucionario y hasta como estudioso de los problemas españoles del siglo XX. Que haya medido por dos veces sus argumentos con Federica Montseny, es un dato que debe considerarse, teniendo en cuenta la importancia simbólica de la “faista” española en 1936-1937.

Carlos M. Rama

1) En nuestro ensayo “Camillo Berneri en la Revolución española”, que prologa el volumen de textos de ese autor que hemos titulado Guerra de clases en España, 1936-1937, Barcelona, Tusquets. 1977, al que nos remitimos.

2) Corresponde a Debates Públicos, Las encuestas de Más lejos, El abstencionismo electoral, La toma y el ejercicio del Poder. Hablan los Camaradas C. Berneri y Dr. Pierrot publicado en pág. 1 del número del citado periódico del 16 de abril de 1936 en Barcelona.

3) Este resumen lo hemos establecido desarrollando las ideas de Noam Chomsky, en las páginas 28 y 29 del citado ensayo Camilo Berneri y la revolución española, incluido en la o. c. Guerra de clases en España, 1936-1937.

4) No nos extendemos sobre este tema que hemos tratado más detenidamente en el articulo “Mayo de 1937 : el misterioso asesinato de Camillo Berneri en Barcelona”, pp. 43-49 de la revista Nueva Historia, Barcelona N° 12, enero de 1978.

http://www.portaloaca.com/historia/biografias/5413-camillo-berneri-intelectual-anarquista.html

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