Francesc Ferrer i Guàrdia : Alella, 10 gennaio 1859 – Barcellona, 13 ottobre 1909 : Viva la escuela moderna!

La importancia de la Escuela Moderna de Ferrer Guardia para la Pedagogía


Francisco Ferrer Guardia (1859-1909), pedagogo y activista político español, fue el fundador de la Escuela Moderna e introdujo en España el racionalismo pedagógico. Fundó en 1901 la Escuela Moderna, uno de los experimentos pedagógicos más interesantes de la historia contemporánea española, con grandes influencias en toda Europa. En sus aulas no se enseñaban enseñanzas religiosas y sí científicas y humanistas, se fomentaba la no competitividad, el pensamiento libre e individual (es decir no condicionado), el excursionismo al campo, y el desarrollo integral del niño.

Según Ferrer Guardia,  la educación no puede ser dogmática ni basada en dogmas ni prejuicios, y debía aceptar los métodos de la ciencia, desterrando todo lo que no se puede demostrar por el método científico. La libertad era considerada un valor fundamental, se procuraba la igualdad de todos, niños y niñas, que ese educaban juntos, se rechazaba el espíritu competitivo y por lo tanto toda imposición, exámenes, premios y castigos.

Entre sus contenidos, se declaraba prioritaria la educación del conocimiento, los afectos y la sexualidad, la experimentación y la observación de la naturaleza, la solidaridad, la ayuda mutua y la crítica de las injusticias. Su educación se basaba en la evolución de los niños, y se hacia de forma individualizada. Todo ello presentado con una didáctica no directiva.

La Escuela Moderna generó enseguida la crítica de los ambientes e instituciones más conservadoras, y sobre todo de la Iglesia Católica, pues ponía en entredicho sus postulados dogmáticos, sus métodos y el poder económico de los centros educativos de la Iglesia. No cejaron hasta destruir a su fundador y cerrar la Escuela Moderna. Durante todo el primer tercio del siglo XX, decenas de escuelas, ateneos libertarios y universidades populares de toda Europa seguirían los planteamientos de la Escuela Moderna.

Una de las formas de expresión de las ideas de Ferrer Guardia, aun cerradas las escuelas, fueron los ateneos libertarios, opuestos a la rigidez y dogmatismo de la enseñanza existente y a la falta de infraestructuras educativas oficiales para la propia clase trabajadora. Y aunque se constituyeron como asociaciones culturales, funcionaron en la práctica como escuelas para miles de personas sin recursos para poder pagar una enseñanza privada

El pensador Piotr Kropotkin envió una carta al creador de la Escuela Moderna Francisco Ferrer y Guardia a propósito de la publicación de la revista L’École Rénovée. En ella, Kropotkin argüía en el primer párrafo: «Todo está por hacer en la escuela actual. Ante todo, la educación propiamente dicha: (…) la formación del ser moral, individuo activo, lleno de iniciativa, emprendedor, valiente (…); y al mismo tiempo sociable, igualitario (…) y capaz de sentir su unidad con todos los hombres del universo entero».

El príncipe Piotr Alekséyevich Kropotkin (1842-1921), geógrafo y pensador político ruso, es considerado uno de los principales teóricos del movimiento anarquista, dentro del cual fundó la escuela del anarcocomunismo

Biografía de Francesc Ferrer i Guardia


Francesc Ferrer i Guàrdia nación en Alella, Maresme, el 10 de enero de 1859 y murió fusilado en los fosos del Castillo de Montjuit en Barcelona, el 13 de octubre 1909.

De familia católica y monárquica de payeses acomodados, fue el tercero de catorce hermanos. A los 13 años tuvo su primera disputa con la iglesia, tras denunciar al sacerdote de su pueblo de intromisión familiar, por lo que fue enviado por su familia a trabajar a Barcelona, donde entró como aprendiz en un comercio de harinas en el distrito de Sant Martí de Provençals, cuyo dueño le inscribió en clases nocturnas y le inició en los ideales republicanos. Durante la I República, el joven Ferrer participó con entusiasmo en experiencias de educación popular. Durante los años siguientes el joven autodidacta estudió a fondo el ideario de Pi y Margall y conoció las doctrinas de los internacionalistas en lops círculos obreros más anticlericales. Sus ideas librepensadoras le llevaron pronto al anarquismo, tendencia en la que desarrolló una gran actividad como agitador y revolucionario. Además, se caracterizó siempre por la vehemencia con que difundió sus mensajes anticlericales e ingresó en 1883 en la logia masónica Verdad de Barcelona.

Su trabajo como revisor en la compañía de ferrocarriles le permitió convertirse en el correo que aseguraba el contacto entre los revolucionarios españoles y el exiliado presidente del gobierno republicano Manuel Ruiz Zorrilla, de cuyo Partido Republicano Progresista era militante.

Exilio en París y formación pedagógica y libertaria

En 1886 apoyó en Santa Coloma de Fernés el pronunciamiento militar del general Villacampa, partidario de Ruiz Zorrilla, cuya finalidad era proclamar la República, pero al fracasar éste tuvo que exiliarse en París, acompañado de Teresa Sanmartí, con la que tuvo tres hijos.

Subsistió dando clases de castellano, comerciante de vinos y como secretario sin sueldo de Ruiz Zorrilla. Hasta la década de 1890 continuó siendo republicano, pero a partir de entonces comienza un viraje hacia el anarquismo

En París descubrió su vocación pedagógica y desarrolló una brillante carrera al frente de la escuela laica que él mismo había fundado, con lo que se ganó prestigio internacional como pedagogo librepensador y enemigo del oscurantismo que por aquel entonces dominaba la enseñanza religiosa en España. En julio de 1892, participó en el Congreso Librepensador de Madrid.

En 1893 se separó de Teresa Sanmartí y en 1899 se casó con Leopoldine Bonnard, maestra de tendencias anarquistas con quien recorrió Europa.

Mientras maduraba sus conceptos de educación anarquista y en el proyecto de la Escuela Moderna, para ponerlos en práctica a su vuelta a España, profundizaba en las ideas anarquistas y conocía y hacía amistad con sus principales pensadores, Elisée Reclus, Malato y Piotr Kropotkin.

Fundación de la Escuela Moderna

En agosto de 1901, tras recibir una cuantiosa herencia que le dejó al morir Ernestine Mennier -una rica anciana parisiense a la que había dado clases de español desde 1894-, regresó a Barcelona, en donde se instaló y creó la Escuela Moderna, un proyecto práctico de pedagogía libertaria,

Se trataba de una escuela, de ideario racionalista, igualitaria, laica y ácrata, no coercitiva y considerada por su fundador, como natural. El proyecto, que comenzó con 30 alumnos, tenía para 1906 más de 30 escuelas relacionadas con el movimiento.

En contraposición a ella, se impulsó una pedagogía racional, con un alumnado mixto, y en la que se abolieron prácticas retrógradas, como el sistema tradicional de castigos.

El crecimiento de la Escuela Moderna se situó en el punto de mira de los elementos conservadores, lo que le acarreó la enemistad de la Iglesia Católica y de muchos estamentos oficiales que veían en las escuelas laicas una amenaza a sus intereses, pues subvertía las ideas educativas de la época.

Atentado contra Alfonso XIII y nuevo exilio

Hasta 1909, la Escuela Moderna fue clausurada repetidas veces y sufrió la persecución de los sectores políticos y religiosos más conservadores de Barcelona, que intervinieron directamente contra la escuela y Cintra Ferrer i Guardia cuando en 1906 uno de sus profesores, traductor y bibliotecario de su centro educativo, Mateo Morral, fue implicado en el atentado contra Alfonso XIII,  el 31 de Mayo de 1906, día de su  boda, cuando la comitiva real pasaba por la calle Mayor madrileña, lanzó una bomba que provocó la muerte de veintitrés personas. Las autoridades clausuraron la escuela y se abrió un proceso a Ferrer i Guardia, que fue detenido y juzgado y del que quedó en libertad en 1907, ya que no se reunieron pruebas concluyentes contra su persona. Mateo Morral, partidario de la «acción directa», decía de Ferrer Guardia que era uno de esos «débiles de espíritu que opinan que nada se puede hacer sin discursos».

Al no poder abrir la Escuela Moderna, se trasladó a Francia y a Bélgica; donde fundó la Liga Internacional para la Educación Racional de la Infancia, continuó en París con la edición del boletín de la Escuela Moderna y editó la revista de la Liga L’Ecole rénovée en Bruselas.

La Semana Trágica de Barcelona y su fusilamiento

Ferrer i Guardia regresó a Barcelona de nuevo y vivió allí hasta que fue detenido en 1909 acusado de haber sido el instigador de la rebelión obrera y popular contra la Guerra de Marruecos, conocida como la «Semana trágica». El 9 de octubre se constituyó el consejo de guerra en la prisión Modelo de Barcelona para juzgarlo. Tenía en contra la monarquía, el gobierno y la Iglesia; fue hallado culpable de ser el autor material del incendio del convento de Premiá, y condenado a la pena capital, sin que las garantías procesales ni las pruebas aportadas en su contra dejaran una indudable sensación de que se había hecho justicia. Murió en el foso de Santa Amalia de la prisión del castillo de Montjuïc, el 13 de octubre de 1909. Se negó a que le vendaran los ojos, gritando en el momento de ser fusilado sus últimas palabras, no acabadas porque la fusilería lo acalló: «Soldados, vosotros no tenéis la culpa. Apuntad bien. ¡Viva la Escuela Moderna! Muero inocente y feliz de…». Nunca se demostró que fuese culpable de lo que se le imputaba.

El proceso a Ferrer Guardia


El tiempo y el consenso histórico han dictaminado la injusta incriminación de Ferrer. Cuando en julio de aquel mismo año estalló la que después sería conocida como Semana Trágica, Ferrer Guardia fue inmediatamente relacionado con ella, e incluso se le responsabilizó de los violentos hechos que durante aquellos días se sucedieron, aunque había permanecido todo el tiempo en su finca de Montgat, en su propiedad de Mas Germinal, sin sospechar que un motín comenzaba y se extendía por la ciudad. Fue a ella por sus asuntos de ediciones y fue detenido. Antonio Maura quería que su condena fuera ejemplar.

Se urdió un falso Consejo de Guerra plagado de testimonios falsos (más de 80 testigos) y llenos de rencor vertidos contra él por parte de sus enemigos políticos que vieron la oportunidad de librarse de un adversario político.  Se le acusó de que había quemado iglesias y un convento en Premiá, donde ninguna iglesia había sido quemada, como tampoco ningún convento. En el juicio se prohibió la comparecencia y el testimonio de todas las personas que podían demostrar su inocencia, a pesar de que se presentaron voluntariamente personas a declarar a su favor, lo que se les impidió alegando que estaban fuera de plazo y que la instrucción (que llevaba el comandante don Valerio Raso Negrini) había finalizado. No apareció ningún documento que lo comprometiera a pesar de que durante días se registró en su casa de Montgat, y hubo que presentar un único papel falsificado que hablaba genéricamente de provocar la dislocación social.

El gobierno censuró todas las agencias telegráficas españolas e hizo difundir que en el juicio había habido interrogatorio y testigos públicos, en el que al mismo Ferrer Guardia se le impidió hablar. Se le humilló confiscándole todas sus ropas y haciéndole vestir un sayal.

El capitán Francisco Galcerán, su abogado defensor, demostró la inocencia de su cliente, lo absurdo de los cargos y la escandalosa irregularidad del procedimiento. Tras la ejecución fue detenido, lo que provocó indignadas protestas de sus colegas de París y Londres. Finalmente, Galcerán fue puesto en libertad el 15 de octubre de 1909.

El proceso provocó un escándalo internacional, en el que intervinieron destacadas personalidades internacionales que intercedieron ante el gobierno español, como H. G. Wells, Arturo Conan Doyle, Georges Bernard Shaw o Kropotkin. El embajador en el Vaticano logró frenar una notificación de la santa Sede contra el fusilamiento. Las súplicas para la conmutación de la pena fueron ignoradas.

La ejecución de Ferrer Guardia motivó una campaña internacional de mítines y movilizaciones en todas las principales capitales europeas y que pilló por sorpresa al gobierno español, causando tal crisis que su primer ministro, Antonio Maura, se vio obligado a dimitir, lo que le acarreó el fin de la política activa.

A raíz del proceso y ejecución de Ferrer Guardia, The Times dijo: «Por negligencia o estupidez, el gobierno ha confundido la libertad de instrucción y conciencia, el derecho innato a razonar y expresar su pensamiento, con el derecho de oposición, asimilándolo a una agitación criminal»


De lo que escribió antes de su fusilamiento


La noche anterior a su asesinato escribió un testamento. En él podría leerse: «Deseo que en ninguna ocasión ni próxima ni lejana, ni por uno ni otro motivo, se hagan manifestaciones de carácter religioso o político ante los restos míos, porque considero que el tiempo que se emplea ocupándose de los muertos sería mejor destinarlo a mejorar la condición en que viven los vivos, teniendo gran necesidad de ello casi todos los hombres. (…) Deseo también que mis amigos hablen poco o nada de mi, porque se crean ídolos cuando se ensalza a los hombres, lo que es un gran mal para el porvenir humano. Solamente los hechos, sean de quien sean, se han de estudiar, ensalzar o vituperar, alabándolos para que se imiten cuando parecen redundar al bien común, o criticándolos para que no se repitan si se consideran nocivos al bienestar general».

Sentencia contra Francisco Ferrer y Guardia


«En Barcelona, a 9 de octubre de 1909, reunido el Consejo de guerra ordinario de plaza para ver y fallar esta causa, habiéndose hecho relación por el juez instructor del resultado de autos; presente el acusado; oídas la acusación fiscal y la defensa, y de acuerdo con el dictamen del asesor, por unanimidad, el Consejo de guerra declara:

Que los hechos perseguidos en esta causa constituyen un delito consumado de rebelión militar, por la concurrencia de las circunstancias tercera y cuarta del mismo:

Considera responsable del mismo, en concepto de autor y como jefe de la rebelión, al procesado Francisco Ferrer Guardia, con las circunstancias agravantes del art. 173 del mismo Cuerpo legal;

Y en su virtud, le impone, con arreglo al artículo 238, en su número primero, la pena de muerte con la accesoria, caso de indulto, de inhabilitación absoluta perpetua; condenándole también a indemnizar todos los daños y perjuicios ocasionados por los incendios, deterioros de vías de comunicación, férreas y telegráficas, ocurridos durante la rebelión, quedando, hasta que pueda señalarse su cuantía, afectos todos los bienes de Ferrer Guardia a la extinción de esta responsabilidad civil, y declarando que, en el citado caso de indulto, le será de abono la mitad del tiempo de prisión preventiva sufrida a resultas de esta causa.

Todo con arreglo a los artículos 173, 188, 219, 237 en sus circunstancias tercera y cuarta; 238 en su número primero. 242 del Código de Justicia Militar; 11, 13, 18 al 21, 53, 121 al 228 del Cógio Penal ordinario; los concordantes de ambos Códigos y Ley del 17 de Enero de 1901.- Eduardo de Aguirre.- Pompeyo Martí.- Sebastián Carreras.- Marcelino Díaz.-Manuel de Llanos.- Aniceto García.- Julio López.

Reproducida en la Enciclopedia anarquista

«Su crimen fue ser republicano, socialista, librepensador; su crimen fue haber creado la enseñanza laica en Barcelona, instruir a miles de niños en la moral independiente, su crimen fue haber fundado escuelas»

Carta abierta de Anatole France (1844-1924)

Escritor francés, en 1921 consiguió el Premio Nobel de Literatura por el conjunto de su obra. Participó en la fundación de la Liga de los Derechos del Hombre y se comprometió en las causas de la separación de la Iglesia y el Estado.

La escuela moderna


Texto completo de La escuela Moderna:

http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/pedagogia/escuelamoderna/indice.html

En el mes de agosto de 1901, abrió sus puertas, en el número 70 de la calle Bailén, de Barcelona (España), un centro educativo que se proponía transformar radicalmente la experiencia pedagógica en sentido crítico, laico, racionalista y libertario. Era una escuela, según el mismo Ferrer Guardia, en al que los niños y las niñas debían tener «una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y los castigos».

Los principios básicos de la escuela Moderna

1. La educación de la infancia debe fundamentarse sobre una base científica y racional; en consecuencia, es preciso separar de ella toda noción mística o sobrenatural.

2. La instrucción es parte de esta educación. La instrucción debe comprender también, junto a la formación de la inteligencia, el desarrollo del carácter, la cultura de la voluntad, la preparación de un ser moral y físico bien equilibrado, cuyas facultades estén asociadas y elevadas a su máximo de potencia.

3. La educación moral, mucho menos teórica que práctica, debe resultar principalmente del ejemplo y apoyarse sobre la gran ley natural de la solidaridad.

4. Es necesario, sobre todo en la enseñanza de la primera infancia, que los programas y los métodos estén adaptados lo más posible a la psicología del niño, lo que casi no sucede en ninguna parte, ni en la enseñanza pública ni en la privada.

5. El propósito de la enseñanza es que los niños de ambos sexos tengan idéntica educación; que por semejante manera desenvuelvan la inteligencia, purifiquen el corazón y templen sus voluntades; que la humanidad femenina y masculina se compenetren, desde la infancia, llegando a ser la mujer, no de nombre, sino en realidad de verdad, la compañera del hombre.

6. La coeducación de pobres y ricos, que pone en contacto unos con otros en la inocente igualdad de la infancia, por medio de la sistemática igualdad de la escuela racional, esa es la escuela, buena, necesaria y reparadora.

7. Establecer la protección e instrucción higiénica en las escuelas. No se necesitan palacios relumbrantes; para difundir la instrucción bastan salas amplias, de luz abundante y aire puro, donde los escolares estén protegidos.

8. El juego es indispensable a los niños. Por lo que mira a su constitución, salud y desarrollo físico, todo el mundo estará conforme; pero acontece que únicamente para la atención en la cantidad de desarrollo físico que producen los juegos.

9. Es de vital importancia la preparación de los maestros y una vida y sueldo digno para ellos. El verdadero educador es el que, contra sus propias ideas y sus voluntades, puede defender al niño, apelando en mayor grado a las energías propias del mismo niño.

10. La escuela debe renovarse para renovar la sociedad, una sociedad que repruebe los convencionalismos, las crueldades, los artificios y las mentiras que sirven de base a la sociedad moderna.

11. Partiendo de una educación en solidaridad y de la igualdad, no hay que crear una desigualdad nueva, y, por tanto, en la Escuela Moderna no hay premios, ni castigos, ni exámenes en que hubiera alumnos ensoberbecidos con la nota de sobresaliente, medianías que se conformaran con la vulgarísima nota de aprobados ni infelices que sufrieran el oprobio de verse despreciados por incapaces.

12. Los niños y las niñas deben tener vitalidad cerebral propia, a fin de que cuando se emancipen de su racional tutoría, continúen siendo en el mundo social enemigos mortales de prejuicios de toda clase, propendiendo a formarse convicciones razonadas, propias, sobre todo lo que sea objeto del pensamiento.

13. El propósito culminante de la Escuela Moderna es fomentar la evolución progresiva de la infancia evitando los atavismos regresivos, que son como rémoras que opone el pasado a los avances francos y decididos hacia el porvenir.

http://www.uhu.es/cine.educacion/figuraspedagogia/0_ferrerguardia.htm#La_importancia_de_la_Escuela_Moderna_de_Ferrer_Guardia_par

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