Dal romanzo “Frankenstein o il Prometeo moderno” (1818), di Mary Wollstonecraft Shelley e da un adattamento teatrale (1927) di Peggy Webling. Nel suo laboratorio tra le montagne svizzere, all’inizio dell’Ottocento, il medico barone Henry Frankenstein riesce a creare un essere vivente, mettendo insieme pezzi di cadaveri umani, ma la “creatura”, sobillata da un servo, si ribella, fugge, compie involontariamente alcuni crimini. Braccato dagli abitanti del villaggio, si rifugia in un mulino al quale la folla dà fuoco. Prodotto da Carl Laemmle Jr. per la Universal, il film cancella quasi completamente le tracce della mediazione teatrale grazie alla sceneggiatura e soprattutto alla regia inventiva e figurativamente raffinata dell’inglese J. Whale (1896-1957). Oltre a lasciare il suo segno sul copione (è sua l’idea del mulino), scelse il compatriota B. Karloff (1887-1969) per la parte del mostro e ne affidò il trucco a Jack Pierce (1889-1968). Il suo modo fluido di far muovere la cinepresa (fotografia di Arthur Edeson), insolito nel 1931, che valorizza le scenografie e i comportamenti dei personaggi e crea un’atmosfera di morbosa suggestione, impressionò il pubblico e sottrasse il film all’usura del tempo. Le sequenze da citare sono numerose: i funerali d’apertura; la nascita della “creatura” con il suo motivo ascensionale; l’incontro con la bambina; la folla dei contadini con le fiaccole; l’incendio conclusivo. Come nel romanzo di M. Shelley, la colpa (il peccato) di Frankenstein non è di aver sfidato Dio nel creare la vita, ma nell’emularlo e nel competere con lui come padrone assoluto della “creatura”. Lo dimostra la delicata sequenza in cui nella camera dove il suo creatore l’ha rinchiuso penetra un raggio di sole, accolto dal “mostro” con un mezzo sorriso. Immediatamente Frankenstein gli toglie la luce, ossia, simbolicamente, ogni conoscenza che non venga da lui. Il vero crimine di Frankenstein è contro la società. Karloff apparve in altri 4 film del ciclo, il primo dei quali (e il migliore) è “La moglie di Frankenstein” (1935) diretto da Whale, mentre in “House of Frankenstein” (1944) e in “Frankenstein 70” (1958) fa la parte del barone. Nel 1987 fu restaurato in un’edizione di qualche minuto più lunga che fu distribuito negli Stati Uniti in videocassetta.
http://trovacinema.repubblica.it/film/frankenstein/116410
Da sottolineare nella composizione fotografica del film e nella tecnica del movimento della cinepresa due cose: da una parte il gioco luci-ombre proiettate sui muri, come quella dello scheletro anatomico mentre penzola da un elastico, nella scena in cui Fritz ruba il cervello nel laboratorio (una modalità linguistica tipica del cinema espressionista tedesco) e dall’altra il modo, in buona parte nuovo, di procedere della cinepresa: senza bruschi movimenti, con piccoli piani sequenza e angolazioni di grande effetto suggestivo come, ad esempio, la ripresa dal basso del mostro ricercato dalla folla mentre si avvicina minaccioso, in cima alla collina e, in un’atmosfera di grande drammaticità, al suo creatore; l’altezza del mostro appare sproporzionata, maggiore di quella che effettivamente era, incutendo allo spettatore mirabili emozioni di stupore e meraviglia.
http://www.filmscoop.it/cgi-bin/recensioni/frankenstein1931.asp
Frankenstein by James Whale 1931 from Ezequiel Lavaca on Vimeo.
Frankenstein by James Whale 1931 from Ezequiel Lavaca on Vimeo.
opera-rock Dr, frankenstein de jose fors COMPLETA EN VIVO
En el año 2009 vería la luz uno de los proyectos más ambiciosos realizados en la historia del rock en español; y que tuviera casi una década de previa producción hasta llegar a las tablas. El título de esta obra musical-teatral, que abreva de la obra clásica de la literatura universal del siglo XIX, sería “Dr.Frankenstein, la ópera rock” que el músico/pintor cubano (nacionalizado mexicano) y líder de agrupaciones del rock como Cuca y Forceps tomara la delantera y presentara nada menos que en el Vive Latino; sin dudas el festival rock más importante del país azteca. Como puede fácilmente anticiparse, “Dr. Frankenstein, la ópera rock” está basada en la novela de la escritora británica Mary Shelley, exponente de la literatura romántica de primera mitad del siglo XIX, “Frankenstein o el moderno prometeo”, publicada en 1818. Aquí nos adentraremos en algunos de los aspectos centrales de la novela original y en cómo fue “traducida” por José Fors al lenguaje musical-teatral.
La emergencia de una obra clásica de la literatura romántica
Por empezar habría que ubicar temporalmente la emergencia de la obra literaria publicada por Mary Shelley; y que muchos analistas y críticos literarios reconocen como la que inaugura el género de ciencia ficción en la literatura. En el año 1818 el período histórico universal denominado “Modernidad” se hallaba en su fase industrial de la mano de las innovaciones técnicas que aceleraban y transformaban velozmente el paisaje de las ciudades. La novela entonces trata sobre la carencia de límites morales que la ciencia-técnica (o los científicos en este caso representado por el Dr. Víctor Frankenstein) tienen para avanzar incluso contra las leyes de la naturaleza.
“Frankenstein o el moderno prometeo”, el humanismo en crisis
Otra de las características esenciales e insoslayables de la novela original llevada a muchas producciones cinematográficas, es el modo en que el humanismo sufre drásticas transformaciones por el imperio arrollador de la Razón; algo que se emparenta pese a las diferencias estilísticas con el álbum Mundo anfibio (2012) de Lisandro Aristimuño. De esta manera, la novela de Shelley se enmarca en el movimiento cultural y artístico denominado Romanticismo que le otorga mayor énfasis a los sentimientos y al individualismo de un Yo liberado de universalismos.
Los límites éticos en la invención científica
Por tal motivo, no resulta entonces extraño que algunos de los pasajes de la obra cobre significativa relevancia la soledad humana como contra-cara y doblez conflictivo de los avances tecnológicos. Que la propia creación se vuelva contra su creador (como sucede con Frankenstein) es entonces una metáfora inequívoca de los peligros que encierra la pérdida total de límites éticos a la hora de actuar en nombre de Ciencia. Esta ficción cobra hoy en día mucha vigencia sobre todo porque reinstala las mismas preguntas sobre el lugar del humanismo y el Yo libertario frente a los grandes y “monstruosos” avances de la ciencia en el siglo XXI al calor de la avanzada bio-genética.
Dr. Frankestein, la ópera del rock por José Fors
Pues bien, yendo a lo teatral-musical de la obra de José Fors, “Dr.Frankenstein…”, compuesta de dos grandes actos y más de 30 canciones, abre con tres cuerpos monstruosos en escena, que se mueven como zombies, sincronizados con una música escalofriante de guitarras eléctricas que perturban. Podríamos decir que desde el inicio se deja sentado como obra musical-teatral el lado oscuro o lado “b” del progreso científico y tecnológico de la humanidad en la figura de esos cuerpos ensangrentados.
Escenas teatrales-musicales inspiradas en la obra literaria
Esta dualidad de optimismo/pesimismo de la razón queda más patente plasmado en la escena siguiente cuando los cuerpos monstruosos se hacen a un lado, toman el lugar trasero y oscuro del escenario, para dejar en lugar protagónico a una mujer que danza alegremente en tres tiempos con un cazamariposas en sus manos. El cazamariposas sería entonces el elemento central que sintetiza el avance-control del hombre hacia la naturaleza como contexto de la fase inaugural (y brutal) de la Revolución Industrial en Gran Bretaña.
Imágenes de fórmulas matemáticas como patrón del conocimiento
Uno de los recursos que metaforizan visualmente la aceleración tecnológica y racional que somete a la naturaleza es la aparición de imágenes semejantes a fórmulas matemáticas en pantalla gigante que pasan a toda velocidad, sincronizadas con abruptos cambios de ritmos de guitarras eléctricas que alteran hacia un punk-rock la suave armonía de un piano. Entre los músicos mexicano que participaron de la obra figuran: Ely Guerra, Fobia, Santa Sabina, Azul Violeta, entre otros.
El piano y el optimismo en la Razón redentora
La pieza musical del piano es la que a su vez sirve para instalar la escena de la inocencia infantil de esa niña que corre con su corre-patín equivalente al cazamariposas en su visión optimista e iluminadora de la razón moderna. En esta etapa inicial entonces, el piano expresa musicalmente la visión positiva de la razón y el progreso; y las guitarras eléctricas rockeras la visión oscura y tenebrosa del mismo proceso.
Algunos pasajes en las canciones del monstruo creado
”Su intelecto es casi perfecto, Víctor Von Frankenstein”, es la primera letra de una canción formato rock (guitarra acústica) que sobresale en la ópera y pone en el centro de la escena el poderío de las matemáticas y las ciencias naturales que el personaje encarna. En esta escena el cantante clama apasionadamente por la razón secundado por las figuras blancas de médicos sentados sumisamente de espaldas al público.
La falta de ética en la ciencia musicalizada en canciones
En cierto momento, uno de ellos toma la palabra y canta presagiando el horror de la invención del maravilloso Dr., ”Pero no mide las consecuencias, que todo esto nos puede traer”. Las consecuencias, en este caso, son entonces los límites morales que el gran Dr. pasa por alto en su intento por resucitar. ”Es tan inteligente, pero tan inconsciente en su proceder”, es otro de los pasajes de la letra cantada en tono dramático. Acto seguido, aparece en escena el mismísimo Víctor Von Frankenstein con su larga cabellera cantando con la mirada al cielo, ”el superhombre mi nombre llevará”, en relación a su optimista creación científica futura.
José Fors, junto a los grandes del rock en español
En suma, muy lejos de querer anunciar el final de la obra y ahogar las expectativas de todos aquellos fans de la novela que quieran presenciarla alguna vez en vivo, ”Dr. Frankenstein, la ópera del rock” es una de las grandes posibilidades de vivir la experiencia monstruosa en clave rock. De más está decir que la misma obra teatral-musical dirigida por su mentor, José Fors, logra aplicar las sonoridades que le provee el abanico del rock (blues, tango, folk, heavy metal, punk rock) para narrar aquellos pasajes oscuros y terroríficos que la novela transmite. José Fors, con Cuca, forma parte de la historia de las grandes agrupaciones del rock mexicano de los ´90 como Caifanes, La Gusana Ciega, Café Tacvba, entre otras.
http://rockenespanol.about.com/od/Letras/a/Dr-Frankestein-La-opera-Del-Rock-en-Espa-nol.htm